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Hemos salido de Estambul y hemos pasado lo que los geógrafos han definido como los limites entre Europa y Asia.  Pero, ¿estamos realmente en Asia?

Yo diría que simplemente estamos un poco mas al este. Que poco a poco nos vamos acercando a Oriente. A ese Oriente que hemos leído, visto u oido en libros, series o películas. Sultanes, Han, baklaba, kebap, la ruta de la seda, el imperio Otomano, la misteriosa Persia… A lo mejor solo es una mezcla entre lo que creemos conocer, la realidad con la que nos vamos encontrando y la curiosidad por lo desconocido. El cambio de cultura, como el del paisaje, es progresivo, y poco a poco nos vamos adentrando en este continente.

¿Qué pasa cuando cae la noche y entramos en casa de unos desconocidos? A medida que transcurre el tiempo, pasamos de ser extraños a amigos. Cuando queremos darnos cuenta, estamos charlando una familia turca con raices en Inglaterra, un tártaro recién llegado de Rusia, un español y un bretón.  Debatimos sobre la religión, las medicinas alternativas, escuchamos una gran lección de historia sobre el Imperio Otomano, y todo ello en un contexto de vodka ruso y cerveza turca.

Resultado: estamos entre amigos que son difíciles de dejar. Y siempre es este deseo el que también nos atrae.

Continuamos hacia Bursa no sin antes pasar por la ciudad-balneario de Termal. Su origen se remonta al Imperio Romano y actualmente estos balnearios son frecuentados por turistas árabes durante todo el año. Viajamos en el tiempo. Los minaretes cantan, “çay” que fluye, las sonrisas en las caras, las mujeres con velo están más presentes y sus gentes hablan una lengua totalmente desconocida para nosotros. La comida tiene un suave perfume a lo desconocido, que nos introduce paulatinamente en el ambiente.

La bicicleta nos enseña a ser pacientes, a apreciar cada subida por un lado ( 10%  a 40 ° C), a saborear cada bajada, a ir más allá de lo que pensábamos que éramos capaces de hacer. Llegamos en Bursa, estamos en un couchsurfer que tiene un amigo periodista. En menos de 30 minutos  nos encontramos bajo las cámaras de la agencia de noticias turca IHA, que pronto dará a conocer las imágenes. Continuamos nuestro viaje hacia el este, después de disfrutar del famoso  Iskender Kebab de Bursa. La carne de cordero macerada, cocinada al carbón, depositado sobre un lecho de pide (pan plano). Todo ello acompañado con yogur, y cubierto con mantequilla derretida. Es como saborear un trocito del cielo.